8 de cada 10 personas con discapacidad relacionada con un trastorno mental no tiene trabajo, según datos del INE

8 de cada 10 personas con discapacidad relacionada con un trastorno mental no tiene trabajo, según datos del INE

“Cualquiera puede sufrir algún problema de salud mental a lo largo de su vida”

Año tras año, el informe El empleo de las personas con discapacidad que publica el INE pone de manifiesto una realidad incontestable: el derecho al trabajo de las personas con un problema de salud mental no está garantizado. Es más, desde que se impulsó este estudio, hace ya más de una década, la cifra de personas con discapacidad por motivo de salud mental que tienen trabajo nunca ha llegado al 20 %. Es decir, de forma estructural, más de 8 de cada 10 personas en esta situación no tiene acceso a un empleo.

“En el programa Incorpora detectamos que existía esta barrera en el acceso al trabajo y por eso en el año 2012 lanzamos una línea específica de salud mental, Incorpora Salud Mental que, a través de una red de entidades especializada, apoyara a las personas para el acceso a un puesto de trabajo y mantenerlo y, a su vez, acompañara a las empresas en este proceso”, apunta la directora del Área de Inclusión Social, Cristina Segura.

Esta es una de las realidades que este año quiere poner de relieve la World Federation for Mental Health (WFMH por sus siglas en inglés), el organismo encargado de señalar la temática del Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra cada 10 de octubre. Bajo el lema La salud mental es un derecho humano universal, la WFMH reivindica el derecho de las personas con problemas de salud mental al acceso a una atención de calidad, pero también a la libertad y a la dignidad que supone, por ejemplo, tener un trabajo que te permita al mismo tiempo empezar un proyecto de vida.

Derecho al trabajo para todo el mundo

La última encuesta del INE señala que en España solamente el 17,7 % de personas con una discapacidad legalmente reconocida relacionada con un trastorno mental tenía trabajo en el año 2021.

Todo ello, a pesar de programas como Incorpora, demuestra que tener un problema de salud mental no es un impedimento para poder mantener un trabajo. En el año 2022 el 41,6 % del total de personas con un problema de salud mental atendidas en el programa consiguió un empleo. “Y, además, incorporarse al mercado laboral y tener la oportunidad de desarrollar sus capacidades profesionales facilita el que la persona estructure su proyecto de vida y le otorgue un rol activo en la sociedad, lo cual aumenta su autoestima y bienestar”, comenta Cristina Segura. Es decir, en lo que a personas con problemas de salud mental se refiere, tener trabajo no es solamente hacer efectivo un derecho, sino que también puede ser un factor clave en el proceso de recuperación de las personas.

Tal como apunta Cristina Segura, una de las limitaciones principales para el acceso y el mantenimiento de las personas con problemas de salud mental al mercado laboral es el estigma. “Por desgracia, en el imaginario social persisten creencias erróneas acerca de la salud mental, por lo que en muchas ocasiones se tiende a no valorar adecuadamente o, directamente, rechazar a estas personas”. Esta realidad también se traslada al ámbito laboral en forma de prejuicios relacionados con su capacitación profesional. “Por eso aún podemos encontrar resistencias para incorporar a estas personas al mercado laboral”, lamenta. 

Programas como Incorpora, que apuestan por proporcionar los apoyos adecuados a las personas con un problema de salud mental para acceder a un trabajo en un entorno abierto, inclusivo y accesible, ayudan a desmontar estos mitos y prejuicios.

El programa Incorpora dispone de una Oficina Técnica de Salud Mental, el servicio de los profesionales de la red de entidades Incorpora que son los que ofrecen apoyo y acompañamiento tanto a las personas con problemas de salud mental como a las empresas que apuestan por la inserción sociolaboral.

¿Qué entendemos por salud mental?

Si atendemos a la definición que da la OMS, la salud mental es el estado de bienestar emocional, psicológico y social que permite que la persona pueda realizarse, afrontar el estrés normal de la vida, trabajar de forma productiva y ser capaz de contribuir y participar en su comunidad.

Con esta definición, el organismo internacional ha querido interpelar a toda la sociedad sobre esta cuestión y hacer entender que la salud mental forma parte de la salud global de una persona: un hecho que se ha puesto especialmente de manifiesto a raíz de la COVID-19 y del impacto que esta tuvo sobre la población mundial. No en vano, en el 2020 los trastornos por ansiedad aumentaron un 26 % y los depresivos, un 28 %.

Los problemas de salud mental, según declaran diferentes organismos internacionales, han ido en aumento. Si la OMS lleva alertando desde hace más de dos décadas que una de cada cuatro personas a lo largo de su vida sufrirá un problema de salud mental, más recientemente un estudio a gran escala dirigido conjuntamente por investigadores de la Harvard Medical School y la Universidad de Queensland, publicado en The Lancet Psychiatry, ha señalado que una de cada dos personas en el mundo desarrollará un trastorno de salud mental a lo largo de su vida. Los hallazgos se basan en encuestas estructuradas y presenciales de más de 150.000 adultos en 29 países de diferente riqueza de todas las regiones del mundo.

Compartir:

linkedin