Ana Vives, usuaria de Autoempleo Incorpora, sobre su paso por el programa: “Me he sentido arropada en todo momento”

Ana Vives, propietaria de una peluquería canina y usuaria de Autoempleo Incorpora, en la puerta de su local.

La historia de Ana Vives, usuaria de Autoempleo Incorpora y actual propietaria de una peluquería canina, es un claro ejemplo de cómo con experiencia, trabajo y el apoyo adecuado es posible emprender un negocio. 

El primer contacto de Ana con el programa Incorpora tuvo lugar en el Punto de Autoempleo Incorpora (PAI) de Roda de Berà, en Tarragona, gracias al convenio de colaboración entre la entidad Fundación Formació i Treball, la oficina de CaixaBank del municipio y el Ayuntamiento. Tras años desarrollando trabajos con unas condiciones laborales precarias, había tomado la decisión de emprender para mejorar su situación financiera y conseguir una mayor conciliación familiar. “Después de trabajar como peluquera canina durante más de 20 años, decidí que había llegado el momento de dar el paso y emprender mi propio negocio”, explica Ana.

En el PAI encontró el acompañamiento que necesitaba para abrir un negocio cerca de su domicilio, donde no había ninguna peluquería canina. De esta forma evitaba el desplazamiento diario que, además de tiempo, le suponía un gasto adicional. “Me encontraba en un momento en el que necesitaba crecer a nivel económico y también buscaba más conciliación familiar. La idea era abrir mi negocio cerca de mi domicilio y poder dedicarle más tiempo de calidad tanto a mis clientes como a mis hijos”, añade. 

Asimismo, contaba con el apoyo de su comunidad, porque con la apertura de su nuevo negocio también podría acercar el servicio a sus vecinos.

Los Puntos de Autoempleo (PAI) Incorpora y su gran labor de acompañamiento a los emprendedores

Ana Vives trabajando como peluquera canina en su propio negocio.

Ana relata su experiencia junto al programa, destacando que se trató de un camino conjunto en el que nunca le soltaron la mano: “He recibido apoyo a muchos niveles: inicialmente, a nivel informativo, para resolver las dudas que tenía sobre emprendimiento; después, para preparar el plan de negocio y la documentación necesaria para solicitar financiación para emprendedores, y también a nivel emocional durante todo el proceso”.

En su historia aparece también una parte muy importante del proceso: la financiación. Cuando buscaba el último empujón económico para abrir su negocio, Ana encontró ayuda personalizada: “la solicitud del microcrédito de MicroBank fue larga (…), pero con la ayuda del PAI lo pude conseguir”.

Los profesionales de Autoempleo Incorpora tienden la mano a los emprendedores 

Los profesionales Incorpora son los cimientos del programa y los responsables de un trabajo en red que sostiene a las personas en riesgo de exclusión social y les permite conseguir una vida mejor y una mayor integración en la sociedad gracias a su inserción laboral.

Ana, que alcanzó su sueño de tener su propia peluquería canina, tiene muy buenas palabras para el trabajo que realizó su técnica de Autoocupación Incorpora durante el desarrollo del proyecto: “Ha sido una experiencia muy bonita, porque aparte de sentirme muy bien informada, Sarah, la técnica que me ha asesorado, me hizo sentir muy arropada en todo momento”.

También resalta que su paso por el programa Incorpora no solo le permitió abrir su propia empresa, sino que además tuvo un impacto positivo en su autoestima: “He conseguido abrir un negocio próspero y confiar en mi capacidad como mujer emprendedora”.

Cierra su relato con una valoración general más que positiva del programa de Autoempleo: “El paso por Incorpora ha sido maravilloso. Con Sarah todo ha sido muy fácil y siempre que hemos trabajado juntas ha habido muy buen ambiente. Siempre ha estado dispuesta a ayudarme y buscar soluciones”.

En 2024 se crearon 1535 negocios como el de Ana gracias al apoyo de Autoempleo Incorpora.