“Doy herramientas para que las personas puedan encontrar trabajo, pero son ellas las que hacen el camino”
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“Doy herramientas para que las personas puedan encontrar trabajo, pero son ellas las que hacen el camino”
Mon, coordinador del Punto de Formación Incorpora (PFI) de Fundació Acollida i Esperança, siempre recuerda a los usuarios Incorpora que él solo es un facilitador, pero que el trabajo lo han conseguido ellos
Hoy conocemos más de cerca a Mon Vaquero, coordinador del Punto de Formación Incorpora que gestiona la Fundació Acollida i Esperança en el Baix Empordà. Con él, charlamos sobre cómo se diseñan las acciones formativas y la importancia que tienen las competencias transversales en la formación de sus participantes.
Mon lleva trabajando como coordinador del Punto de Formación Incorpora de Fundació Acollida i Esperança más de dos años. Allí, atienden a todo tipo de personas que se encuentran en riesgo o situación de exclusión social para facilitar el acceso al empleo como herramienta de inserción social y autonomía económica. “Los colectivos con los que trabajamos son muy diversos: personas que hace tiempo que no encuentran trabajo porque no tienen una ocupación u oficio cualificado, personas mayores de 45 años, inmigrantes sin formación, etc.”, puntualiza el coordinador.
Para diseñar las acciones formativas, Mon se hace eco de las necesidades del mercado laboral y, en base a ello, establece las temáticas de los diferentes cursos específicos que más posibilidades tienen de conseguir la inserción de sus participantes. “Detecto las necesidades formativas y programo cursos donde, además, imparto el bloque de competencias transversales”, aclara.
La formación sirve como base para la inserción laboral de sus participantes, pues además de formarles para un oficio u ocupación en particular, se les dota de los conocimientos necesarios para saber moverse con soltura en el mercado laboral. “Primero, se les forma para un tipo de sector (carnicería, pescadería, atención al cliente…) que pueda tener salida profesional durante unas 300 horas y, después, se les busca prácticas no laborales para que, además de poder aplicar lo aprendido, los empresarios puedan conocer cómo trabajan y facilitar, así, su contratación”, resume Mon.
El día a día de Mon como técnico de formación Incorpora
Cuando preguntamos al técnico de Fundació Acollida i Esperança sobre su rutina laboral, contesta que va en función de la época del año y de las acciones que se emprenden en cada una de ellas. Así, comenta: “Normalmente a mediados de año el trabajo principal es la gestión de las prácticas, y las posteriores inserciones laborales de los alumnos y alumnas”. En cambio, después de verano, por ejemplo, es el momento en el que Mon empieza a ver las diferentes necesidades formativas y de perfiles de las diferentes administraciones locales con las que trabaja la entidad Incorpora, principalmente, el Consell Comarcal y los ayuntamientos de los municipios de la zona.
Un poco más adelante, Mon diseña las formaciones que se llevarán a cabo el año siguiente, “normalmente tres o cuatro”, y busca los profesionales que impartirán las clases en cada caso. “Por último, con la ayuda de las entidades implicadas, se buscan los participantes que realizarán el curso”, finaliza.
Aunque el día a día de Mon está lleno de satisfacciones, confiesa que lo que más le llena de su trabajo es ayudar a las personas en riesgo de exclusión social a encontrar un empleo. “Siempre les recuerdo que yo no les daré el trabajo, que eso, en todo caso, lo tendrán que conseguir ellos”, argumenta el técnico y formador, y continúa: “Doy herramientas para que las personas en situación de exclusión social puedan encontrar trabajo, pero son ellas las que hacen el camino. Siempre les dejo claro que el mérito es solo suyo”.
Para finalizar, Mon quiere destacar las cualidades que cree que son más importantes en la relación con empresas y usuarios: “intento que sea cordial y empática siempre (…) Yo hago de puente para el entendimiento entre las partes y para la satisfacción laboral mutua, por eso, la dinámica es facilitar lo máximo posible la relación y eliminar los posibles problemas”.
Competencias transversales, competencias necesarias
Como ya hemos comentado, además de gestionar todo el tema de la selección de temáticas para los cursos y hacer el seguimiento de los alumnos durante su etapa de prácticas no laborales, Mon imparte el bloque de competencias transversales a los alumnos del Punto de Formación Incorpora. “Esta parte de la formación tiene una duración de 80 horas y, a lo largo de ellas, les enseño habilidades como la comunicación, asertividad, empatía, trabajo en equipo, como hacer una buena búsqueda laboral, la preparación para la entrevista de trabajo…”. Asimismo, añade que también se trabajan temas relacionados con la inteligencia emocional como la autoestima, la autoconfianza, la motivación, la tolerancia a la frustración o el autocontrol, entre otros.
“Un día entero lo dedico a la expresión oral y escrita”, comenta Mon, y explica que, para no tener que recurrir a la típica fórmula de hacer un dictado, ha optado por crear una manera divertida y amena de trabajar este aspecto. Así, propone a sus alumnos explicar una receta mientras escriben los ingredientes en la pizarra. “Finalmente, hay una votación donde se valora la originalidad de los ingredientes, la expresión oral y corporal de la persona… Los alumnos escogen la que creen mejor y se le propone al ganador, sin ningún tipo de obligación, que nos la prepare para el último día de clase, aunque también se invita a hacerlo al resto si quieren”, explica Mon, y puntualiza: “Nos lo pasamos muy bien y aprendemos recetas de medio mundo, ¡todas ellas deliciosas!”.
El formador también explica que otra jornada del curso es impartida por Josep Ensenyat, técnico del Punto de Autoempleo Incorpora de Girona, gestionado por la Fundación Gentis, quien viene a hacer una charla sobre autoempleo por si algún alumno estuviera interesado.
“El último día dedicado a las competencias transversales hacemos el examen y, la mayoría de veces, un piscolabis de final de bloque en el que participamos todos. Tras este bloque, se pasa al bloque técnico que suele durar entre 80 y 100 horas, y, por último, se realizan las prácticas no laborales en empresas del sector específico.
Los casos de éxito detrás del trabajo conjunto
Aunque son muchos los casos de éxito en los que Mon ha colaborado desde su papel como formador y coordinador de acciones formativas, quiere destacar algunos que han supuesto verdaderos retos para las personas implicadas, pero también para él.
Por una parte, recuerda la historia de una mujer de 52 años, parada de larga duración y con poca confianza en sus posibilidades. Aunque la usuaria tenía cierta aversión al pescado y, por tanto, nunca hubiera imaginado dedicarse al sector de la pescadería, Mon la convenció para formarse en él. “Acabó el curso satisfactoriamente y fue la primera alumna en encontrar trabajo pese a que antes le daba asco el pescado, no aguantaba su olor y ni siquiera lo comía…”, recuerda Mon sorprendido. La usuaria tiene un trabajo fijo desde el primer día en una empresa de pescaderías de renombre en el Baix Empordà, donde a día de hoy todavía trabaja.
Otro de los esperanzadores relatos que el técnico recuerda con más cariño es el de una joven usuaria que acababa de enviudar y que tenía dos niños pequeños. “Tuve que convencerla para que hiciera un curso de carnicería. Mi propósito era que pasara el duelo fuera de las cuatro paredes de su casa, y lo pasara en contacto con otras personas que se encontraban a su alrededor”. Como en el primer caso, el caso de la joven tuvo un final feliz: “Desde que acabó la formación, trabaja con un contrato fijo en una importante cadena de carnicerías de la comarca. Obviamente, lleva el duelo mucho mejor y, aunque también me está muy agradecida, siempre le recuerdo que el paso lo dio ella”.
Para finalizar, Mon reflexiona sobre aquello que aporta el programa Incorpora a la sociedad: “El programa da la posibilidad de cambiar la vida de las personas que participan en él. Una formación y un trabajo cambian mucho la autoestima de las personas, les da independencia personal, humor, y les cambia la forma en la que miran hacia el futuro, además de darles la seguridad de que pueden conseguir aquello que quieren solo con un pequeño empujón”.