Búsqueda de empleo más allá de los 45 años
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Búsqueda de empleo más allá de los 45 años

Roger Casero, coordinador del programa Incorpora Girona, nos relata las dificultades para encontrar trabajo de uno de los colectivos más numerosos de nuestra sociedad: las personas mayores de 45 años. Como experto en inserción laboral, hace un repaso de la actual situación de estas personas en riesgo de exclusión social y analiza el edadismo, es decir, la discriminación por la edad.
Si las pirámides demográficas son los oráculos de nuestros tiempos, convendría —más pronto que tarde— que empezáramos a tenerlas presente, preocupación aparte, con la firme voluntad de afrontar los retos de presente y de futuro que nos plantean.
La pirámide se está invirtiendo fruto del incremento de nuestra esperanza de vida, crecimiento íntimamente ligado también a nuestra calidad de vida. No solo hay cada vez más personas que vivimos más años, sino que en general también vivimos mejor. Esta circunstancia no solo alarga el periodo de jubilación, sino que cada vez hay más personas viviendo en este estado, más personas jubiladas y, por lo tanto, según el sistema, no productivas.
Este presente y futuro inmediato (en el 2020 la mitad de la población en Europa tendrá más de 50 años) convierte los últimos años de cotización, con los que se calculan las pensiones de jubilación, en una etapa especialmente crítica. Perder tu empleo a partir de los 45 años no solo significa un drama personal en el momento en el que eso ocurre, sino también un potencial mísil en la línea de flotación de tu futura pensión.
Esta es una preocupación recurrente en las personas mayores de 45 años que por distintos motivos recurren al programa Incorpora. Una preocupación por la situación de desocupación presente junto con una preocupación por la potencial precariedad de su futura prestación de jubilación: inquietud para hoy, inquietud para mañana.
La discriminación por la edad, un obstáculo muy presente
En la mayoría de entrevistas con personas mayores de 45 años sobrevuela el edadismo, es decir, la discriminación —en este caso, laboral— por la edad como principal obstáculo en la búsqueda de empleo, una cuestión que suele manifestarse resignadamente en expresiones que pueden resumirse en la siguiente: “¿cómo competir con personas jóvenes, quienes aceptan más fácilmente salarios más precarios al no tener cargas familiares y cuyos contratos suelen estar subvencionados o bonificados?”.
Muchas veces los jóvenes representan para las personas mayores de 45 años el árbol que no les deja ver el bosque. Y el bosque son todas las cualidades, virtudes y competencias que han ido acumulando a lo largo de su vida laboral, y que no siempre se saben ver ni mucho menos poner en valor.
A menudo la función del técnico de inserción empieza precisamente por hacer aflorar esas cualidades personales y laborales, que suelen ser muy transversales y que se ponen en juego en cualquier empleo: compromiso, constancia, responsabilidad… Es extraño que una persona con una trayectoria laboral de entre quince y veinte años, como mínimo, no haya desarrollado notablemente dichas competencias.
Las personas mayores de 45 años representan aproximadamente el 20 % del número total de usuarios del programa Incorpora y sus inserciones suman entre el 18 y el 20 % del número total de las mismas. En el año 2017, desde el grupo de entidades en Incorpora Girona, atendimos a un total de 403 personas mayores de 45 años, de las que 177 (el 44 %) lograron su inserción laboral.
Buscar trabajo más allá de los 45 años requiere inevitablemente llevar a cabo una proyección adelante. En el caso de muchas personas, reorientar su vida laboral hacia otros sectores y, a su vez, disponer de tiempo suficiente para formarse y actualizarse, si es necesario. Buscar trabajo más allá de los 45 años requiere, sobre todo, saber identificar tus competencias, aptitudes y habilidades, no siempre reconocidas, fruto de tu vida y experiencia laboral. Porque, efectivamente, ¡la experiencia es un grado!
Roger Casero Gumbau, coordinador del programa Incorpora Girona