Proyecto mentoría social: un relato en tiempos de confinamiento

Proyecto mentoría social: un relato en tiempos de confinamiento

Uno de los jóvenes participantes de la mentoría, Ebrima Gai, su mentor, Fernando Bromera, y Lis Brusa, técnica Incorpora Jove de Clúster Èxit

Incorpora Jove es un programa de orientación formativa y laboral dirigido a jóvenes, extutelados o que hayan estado bajo medidas de protección, entre los 18 y 30 años. El objetivo es que puedan definir y consolidar su proyecto vital y profesional. El programa contempla varias acciones, y este año hemos puesto en marcha la iniciativa de mentoría social, un proyecto que, desde Clúster Èxit, hemos aplaudido desde el primer momento, cuando en el mes de enero anunciábamos el proyecto piloto.

La mentoría busca poner en contacto a jóvenes y personas que, de manera voluntaria, les harán de mentores y los acompañarán en este proceso de inserción laboral de los jóvenes, pero también en su integración social. Entre las tareas de los mentores están las de acompañar y dar soporte a los jóvenes en diferentes ámbitos: formación, educación, salud, autonomía, empleo joven, entre otros. Los jóvenes a los que atendemos son chicos y chicas sin referentes adultos, y este programa abre la posibilidad a los participantes de que puedan construir este tipo de relación.

Y de aquí los aplausos al proyecto porque, ¿qué significa la palabra mentor? No es un padre ni ningún otro familiar. Si nos ceñimos a la definición estricta de la RAE, el mentor es un consejero, un guía, un maestro, un padrino. Mentor es una persona que está presente para acompañar, para orientar, para sacar brillo, para iluminar.

En Clúster Èxit comenzamos esta aventura con siete parejas que se estrenaban en este proyecto piloto, sin saber cómo bailar ni qué música sonaría estos meses. Y allí estábamos las técnicas también para dar soporte a estas parejas y volcar todos nuestros esfuerzos en mantener la motivación y buscar la armonía en los movimientos.

En el inicio, los encuentros de las parejas se estipularon semanalmente, y, de esta manera, las relaciones comenzaron a crearse. Encuentros en el espacio público, en bibliotecas, pistas de básquet, en puentes emblemáticos junto a relatos históricos, ¡y hasta en aeropuertos!, donde compartimos muchas risas y reflexiones.

Las primeras actividades conjuntas también fueron muy variadas: tardes de estudio, de relatos vitales y de intercambio de sueños. En las reuniones mensuales con los mentores se compartían experiencias y se analizaban acciones y los límites de estas. Sin embargo, lo que nunca nos hubiéramos imaginado es que el mayor límite que encontrarían las parejas serían las paredes de nuestras viviendas, la desaparición temporal del espacio público de encuentro debido al confinamiento provocado por la COVID-19.

Reformulación de objetivos y relaciones a distancia, las claves de la mentoría en el confinamiento

En un primer momento, la llegada del confinamiento se vivió como una gran puerta que nos habían cerrado en la cara. Todos esos objetivos, la inserción laboral de los jóvenes y las actividades que las parejas comenzaban a materializar desde el proyecto de mentoría, se congelaban en el tiempo. Trabajar desde la incertidumbre no iba a ser fácil, pero los mentores no desfallecieron ante este contratiempo. Se decidió entonces reformular objetivos y adaptarlos al confinamiento, convertir los encuentros presenciales en virtuales y hacer que esa relación que se había establecido siguiera creciendo, pero esta vez en la distancia. Estaba claro, había que adaptarse a las nuevas condiciones.

Para empezar a trabajar en este escenario, planificamos reuniones virtuales a 3 bandas (técnico, mentor, joven) para acordar esos objetivos a trabajar. Y como si la música comenzara a sonar de fondo, las parejas comenzaron a coordinar sus pasos. Algunos de los temas que empezaron a fluir fueron soporte a la gestión del calendario semanal, búsqueda de trabajo, estudio del teórico del carnet de conducir, entrenamientos Indoor, mejora de idiomas, búsqueda de vivienda, edición de videos creativos y alimentación saludable.

Estamos a mitad de camino. Nos queda la segunda parte de esta experiencia que está siendo un aprendizaje para todos. Los jóvenes están viviendo situaciones de incertidumbre y, seguramente, tendrán que superar situaciones complejas cuando el confinamiento acabe y tengan que reconstruir y recrear sus vidas. Pero no estarán solos en el camino hacia la inserción laboral de los jóvenes y su integración social.

Como técnicas también tendremos que estar preparadas para este reto que nos espera. El desconfinamiento requerirá que estemos listas para la contención y gestión de las emociones, estar atentas a las necesidades y a las oportunidades, pero también nos exigirá creatividad y paciencia, prudencia y sobre todo buen humor.

Lis Brusa Acuña, técnica Incorpora Jove de Clúster Èxit, entidad del Grupo Incorpora Girona

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