El valor de la inteligencia emocional en las formaciones Incorpora
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El valor de la inteligencia emocional en las formaciones Incorpora
Pablo en una de sus clases de coach grupal de los cursos del Punto de Formación Incorpora de Procomar Valladolid Acoge
Cuando las personas llegan al programa Incorpora buscan orientación laboral, un asesoramiento que, aunque a veces no sean conscientes, siempre va acompañado de un crecimiento personal a través del potenciamiento de sus competencias transversales y su inteligencia emocional. Charlamos con Pablo Villanueva, coach sénior y colaborador de los Puntos de Formación Incorpora (PFI) de Procomar Valladolid Acoge, para conocer la visión experta de cómo estas competencias pueden ayudar a los usuarios Incorpora a alcanzar su objetivo: la inserción laboral.
“Aprender a leer, alfabetizarnos emocionalmente y manejar la nomenclatura, son el firme de un terreno sobre el que comenzar a construir, y resulta determinante en la consecución de un trabajo y en el adecuado desempeño profesional a lo largo del tiempo”, empieza explicando Pablo, que imparte las competencias transversales en coachings grupales a los alumnos de los PFI que gestiona Procomar Valladolid Acoge.
Esta aclaración del coach parte de la base de que muchas veces en la educación convencional se obvia la gestión de nuestras emociones: “Siguen existiendo grandes vacíos de conocimiento respecto a las competencias emocionales”. Es por este motivo que, dentro de las formaciones Incorpora, se le da una especial importancia a la inteligencia emocional: “En los itinerarios formativos de Incorpora trabajamos para desarrollar la inteligencia emocional como una forma de tomar conciencia sobre el propio yo (fortalezas y áreas de mejora) para poder potenciar un conjunto de habilidades a través de su entrenamiento, y desplegarlas así, de forma consciente en las diferentes áreas de nuestra vida”.
Aunque es un término muy amplio, la inteligencia emocional se divide en diferentes aspectos que ayudan a las personas en diferentes ámbitos de su vida: “Dentro de la inteligencia emocional existen unos subfactores que son: conocer las propias emociones, manejarlas, motivarse a uno mismo, reconocer las emociones de los demás y establecer relaciones con ellos”.
Asimismo, y como destaca Pablo, cabe mencionar que la inteligencia emocional es una de las competencias transversales que se tienen más en cuenta en el escenario laboral actual junto con otras como la gestión de los problemas, la gestión de equipos o el poder de negociación, etcétera.
Inteligencia emocional, ¿se nace o se hace?
Ante la importancia de la inteligencia emocional en el ámbito laboral, el experto reflexiona sobre si es una aptitud que se adquiere con el tiempo y el entrenamiento, o es simplemente algo que se posee o no. “En cierto modo, ambas alternativas reflejan la verdad”, comenta, y continúa: “Sin entrar ahora en el debate de cuánto corresponde a cada factor ponderable, hay un consenso unánime sobre la clara posibilidad de aprender Inteligencia Emocional”.
Pablo explica que en las clases de competencias transversales que imparte a los usuarios Incorpora trabaja especialmente el sistema límbico, el responsable de regular las respuestas emocionales de nuestro cerebro. “Solamente así abordaremos una nutritiva reflexión sobre los hábitos de comportamiento de nuestros usuarios y podremos plantear el establecimiento de otros nuevos que les den mejor rendimiento y solvencia en el desempeño del rol profesional para el que se están preparando”.
Este tipo de aprendizaje conlleva un tiempo extra que tanto formadores como alumnos tienen que invertir para luego conseguir mejores resultados. “Después de varios años colaborando con el programa de inserción laboral de ”la Caixa” puedo decir que es precisamente esta especialización la que marca la diferencia”.
Las competencias transversales, un básico de los alumnos de las formaciones Incorpora
La inteligencia emocional es solo una de las competencias transversales que se trabajan en todos los cursos que se imparten en los Puntos de Formación Incorpora. Otros ejemplos son el trabajo en equipo, la autoconfianza, la empatía o la gestión del tiempo.
Sin embargo, sea cual sea la competencia transversal que se quiera potenciar, Pablo explica que lo más importante es que ese cambio parta de la persona implicada. “Se necesita de un deseo sincero y un esfuerzo comprometido, motivación que la mayoría de las veces se da en los usuarios Incorpora. Esto no es algo que se aprenda leyendo un post de un blog o asistiendo a un breve seminario, es algo que se consigue con el trabajo conjunto que los diferentes profesionales, técnicos de inserción y colaboradores desarrollamos durante cada uno de los itinerarios sociolaborales de los usuarios. Y encantados de poder hacerlo cada día un poco mejor”, finaliza.